Homenaje a los Apson. “Corren Rumorres”, Marco Antonio Salazar Siqueiros IN MEMORIAM

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CORREN RUMORES, LOS APSON

Ensayo

Lic. Marco Antonio Salazar

(Divulgación y composición en línea por HRE)


Presentación    

La dialéctica de esos tiempos: que por favor proyecta más el copete y cuidado si no ya que en castigo dizque se echó a perder el recuadro fotográfico; ilusión de ilusiones. Principios de los sesentas y en las nobles de localidades de la República se enseñorea ya el prototipo del muchacho, rockanrolero que sigue y hasta persigue a los ídolos juveniles del momento. Chamaco estudiante en carreras que gustan a papá; noviecito con resquicios de todavía santo; rebelde apenas un 44 o 45%.    

O tempora o mores. ¡Oh tiempos oh costumbres! La necesidad de mover cadera, abrir de par en par los popotitos, que ruede el total del cuerpo y después como premio a lechemalteadarse.    

Epoca que enmarca la estupenda y consecuente aparición de Los Apson, chavalos que en el curso de una década privilegiaron el ambiente disquero nacional de sui generis manera: solamente un terco hasta la exageración afirmaría les faltase talento a estos chicos del mero merísimo Agua Prieta. En este trabajo-estudio que revisamos y que lo firma Marco Antonio Salazar Siqueiros, por cierto de abolengo periodístico (muy pariente del famoso ‘Calichi’ Siqueiros, Nogales, Son.); en ésta que va a ser tan discutida crónica y como estímulo para posteriores reseñas, el autor en felices apretadas páginas, nos intima acerca de la brillante especial vida artística de Los Apson y con aventajados detalles que significan este ensayo como de veras fuera de serie. Casi seguro servirá como fuente de lectura obligatoria de investigadores en la materia.    

Que se conozca, no existe a nivel de divulgación algún escrito con las características imprescindibles de Corren rumores… (Una historia de Los Apson). Los críticos siempre generalizan sobre los artistas y el éxito editorial llega a ser flor de un día.    

 Corren rumores… nos complica, nos inmiscuye como lectores no profanos desde su primer cuartilla. El hecho de que Marco Antonio se allegue de declaraciones de los propios Apson, de sus contemporáneos seguidores y de la remembranza común de varios sonorenses sobre el caso-Apson, ayuda a que el contexto enriquezca más, logre la justa y científica objetividad para no quedarse en ominoso panfleto.  

Ennumeremos gajos de su literatura: 1. La reflexión de lo que se supone fueron Los Apson y qué opinará el músico de ultra primer nivel Carlos Santana de ellos. 2. Crean el ‘rock frontera” con “el sonido arrastradito y rasposo  …… 3. Enmarca algo de geografía y antecedentes de Agua Prieta o Bachicuy, de orgullosa lengua ópata y sale el pasaje de cuando ‘el turco’ General Plutarco resiste a las fuerzas villistas digamos que anteayer noviembre de 1915. 4. Cita a los que como Presley y Ricardito propusieron una amalgama de estilos rítmicos y a conseguir el totus requerido y con él ya la moda del agudo contoneo en las canchas de baile, en los corrales de las casas, almacenes de cereales de la región, enseguida del “primero B” de la prepa de tu predilección, cafetines de céntrica avenida, en fin improvisar escenarios a la más mínima provocación. 5. Marco Antonio recrea fervorosa-apasionadamente de las vicisitudes que tuvieron Los Apson para por fin encontrar refugio en la siempre ambicionada “ciudad de los palacios”, mito o realidad para tantos provincianos que en la primera acalambrantevisita a México, ni modo, suspiran por su terruño con un dejo de vanidad como si en el “deefe” ya tuviesen todas las estaciones del año juntas de convivir entre los ‘chilangos o en despectivo super de “guachos’. 6. Adrede, estimado lector, mencionaremos personajes de la trama de manera desorganizada, no acicalándonos en ajustarnos a su papel, ya que usted los descubrirá en la lectura de corrido: Los Beatles, Alberto Vázquez, Enrique Guzmán, Flavio’el eterno cantinero”, Carlos Santana, Paul McCartney, Raúl Hernández Cota, Polo, Franky, Chucky Berry, Bill Haley, Arturo Durazo, Javier Bátiz, Pancho Durazo, José Luis “Lichi” Carcía, Gilberto Maldonado, Ricardo Rivas, Erasmo Torres, Manuelito García, César Gándara, Agustín Lara, Chacal Estrada, Pedro González, Calichi Siqueiros, Nacho Félix, Francisco Dávila Bernal, Pablo Castillón Alvarez, José C. Cruz, Lucha Villa, Kippy Casado, Queta Garay, Jimmy Clanton, José Alfredo Jiménez, Manolo Muñoz, Resortes, Vianey Valdez, Mickjagger, Keith Richards, Rolling Stones, Rosita Gómez, Emilio Tuero, César Costa, Angélica María, Víctor Blanco Labra, Ramón Yocupicio, Lauro Vélez, Hendrix, la Joplin, Adolfo Plascencia, Los Herson Rucks. 7 Marco Antonio Salazar -y para conmover con abundancia su relato-, seleccionó, por ejemplo, un análisis que hiciese el ingeniero HeinsKlinchkwort, y delante del “barítono de Argel”, el señor Emilio Tuero; y que sería una categórica ofensa no transcribirlo para que usted de una vez se alborote a adquirir un ejemplar o más de Corren rumores… “No acostumbramos a ‘dar premios a manos llenas, sólo lo hacemos convencidos de que un artista se lo merece. En la actualidad, en que la competencia en todos los terrenos es tan despiadada, hay más peligro que nunca, de que verdaderos valores pasen desapercibidos aunque hayan destacado por su labor artística y la resonancia que hayan tenido entre el público. Por esta razón sentimos la necesidad de estimular a los artistas, a nuestro elenco, que han obtenido muy buenos hits y se han colocado en el ambiente artístico de nuestro país entre los mejores de la nueva generación. Me refiero a Rosita Gómez, que ha cosechado aplausos en todo el país por su talento y por su simpatía, y Los Apson, que se han distinguido de entre todos los demás grupos musicales de este tipo. Premiaremos el esfuerzo de estos jóvenes artistas y a la vez les deseamos toda clase de éxitos en la prosecución de su carrera’.  8 De Los Apson que fallecieron de manera harto patética, mejor ni comentársela… dan ganas de sobre-llorar. 9. El autor escoge “rolas’ claves que popularizaran Los Apson y las reproduce: otro ingrediente pues, para saborear el contexto. Al repasarlas nos queda la sensación de que se quedó preso requetepreso el titipuchal de tiempo. ¿Olvidaste acaso el teje y maneje de las rockolas o “radiolas” veinteras y que siendo marca AMI de “alta fidelidad”, calentaban su motor y entonces fuera taedium, bochornoso spleen, hastío de hastíos: el baile para magnificar exceso de juventud y ni te fijes porque hasta los tíos abuelos dejaban su olor a encierro y aquí entre nos a rockandrolear como mensaje vital y agradablemente humano?   

Marco Antonio Salazar Siqueiros, en una parte de su trabajo, encuadra la trama musical de los 70’s y se advierte profesionalmente nostálgico-comprensivo. Adiós los “programas fresas de televicentro’, que daba lo del movimiento del 68, llegaron los jipis, los cabellos largos largos, los atuendos unisexy la droga en todo su criticable apogeo … Otra generación con otro rollo, con otro estilo de convivirse… Abajo los Upudu, los No hay amor, Anoche me enamoré, Popeye y tantas otras que fueron un deleite … Pero habría que preguntarse si hoy cuando Marco Antonio edita este libro, nuestra generación y la del elocuente Sida a poco renegarnos oír y entonar la música pegajosa de Los Apson, ¿para qué escondernos? Mejor caderear otra vez y ensalivar, no le hace escasa cabellera y con el clásico “un, dos, tres…” Alivianar el espíritu y que se enseñoree el desfogue… A apsonearnos: verbo en dichosa voz presente… Corren rumores que por lo pronto se suspenden las malas vibras… 

Ismael Mercado Andrews

Se dice de Los Apson que fueron el grupo de rock y baladas más famoso de los sesentas; que sus integrantes eran de Agua Prieta, Sonora; que se juntaron en una cantina de aquella frontera; que surgieron a raíz del interés de un empresario de la ciudad de México; que fueron imitadores de Los Beatles; que crearon un estilo propio, que desbancaron de los primeros lugares de las listas de popularidad a los Albertos Vázquez; Enriques Guzmanes, Carreón, Locos, Rebeldes y demás rockeros de la capital del país; cosa que nunca les perdonaron, que le abrieron camino a muchos grupos del norte de México; que no triunfaron internacionalmente por no dejar de ir a Agua Prieta a armar escándalo en el Bar Internacional teniendo al Flavio, el eterno cantinero,como principal testigo, que en una ocasión el jalisciense Carlos Santana, en un programa televisivo transmitido a toda la república, dijo que el mejor grupo de rock que había existido en México eran ellos; que en otra ocasión Paul MeCartney, con motivo de una visita al puerto de Acapulco, alabó el bajeo de Raúl Hernández Cota ‘El cubano”; que en aquellos tiempos un locutor mexicano produjo varios programas radiofónicos con su música en Alemania.   

Se dice que al vocalista Polo prácticamente lo secuestraron en Culiacán para llevárselo a grabar a México; que fueron los primeros que incorporaron con estilo propio el sonido del sax; que al principio grababan pistas y tocaban en quinceañeras para subsistir; que nunca quisieran aparecer en las películas porque no les aceptaban sus canciones; que nunca se adaptaron a la vida de la gran urbe mexicana; que fueron los creadores del rockfrontera; que generaron todo un movimiento musical en el país a pesar de ser provincianos; que todavía se venden sus canciones y no les pagan regalías; que se enfadaron de tocar; que el grupo se desintegró por culpa del vocalista Franky; que se volvieron cumbieros; que todavía andan por ahí, tocando sus viejos éxitos…   

Desde sus inicios musicales Los Apson levantaron fuertes rumores, que se extendieron de Agua Prieta, Sonora, a todo el país, gran parte de los Estados Unidos y hacia el sur del 13 continente americano. Son rumores que todavía corren y que hacen la leyenda de un grupo de rock de los años sesentas que nació en la frontera norte de México.   

Agua Prieta, Sonora, es municipio del distrito judicial del mismo nombre. Limita al norte con el Condado de Cochise, Arizona; al este con el municipio de Janos, Chihuahua, al sur con los de Fronteras y Bavispe; al oeste con los de Naco y Cananea, todos del mismo estado.   

 Fue fundada cuando se comenzó a tender la vía del ferrocarril de Nacozari -uno de los principales centros mineros del país-, en 1901. Anteriormente se le conocía como El Bachicuy por los antiguos habitantes de la región, de la tribu ópata; significa “agua prieta” en la lengua indígena. Sus principales fuentes de riqueza son la ganadería, la minería y el comercio.   

A pesar de ser una población bastante joven ya  tiene historia, ahí se libraron algunas batallas entre las  fuerzas maderistas y las de porfirio Díaz, en 1911;  y el general Plutarco Elías Calles resistió los embates de las fuerzas villistas hasta rechazarlas en noviembre de 1915: junto a Calles estuvieron también los militares Francisco R. Serrano, Eugenio Martínez y Francisco R. Manzo.

Sin embargo, en los últimos treinta años, la ciudad fue promovida por un grupo musical llamado simplemente así: Los Apson.   

Existen muchas historias de Los Apson, la mayoría de los habitantes pueden hacer una; así como también los de Nogales, Hermosillo, Cananea y de todo Sonora. También en la Ciudad de México tienen su versión. La nuestra tiene un poco de todas, es la que nos platicaron ellos, sus amigos y admiradores, la que se desprende de sus discos y de las fotografías, de los carteles y boletos de baile, de la memoria colectiva, de los recuerdos y emociones que surgen otra vez al escuchar de nuevo canciones como Solo un sueño, Anoche me enamore, Fue en un café y muchas otras que guardan un significado especial para todos los de la generación de los cuarentas, principalmente.   

A fines de mil novecientos cincuenta, el rock and roll, como primeramente se llamó  al nuevo fenómeno musical de los jovenes, había ganado muchos adeptos gracias a la aparición de Elvis Presley, Chuck Berry, Richie Valens, Little Richard, Bill Halley y muchos otros que transformaron la música tradicional negra, el blues y los cánticos religiosos, el jazz y la clásica Country, en algo más agresivo y rico, con una capacidad enorme de transformarse y revitalizarse. Grupos y cantantes que inmediatamente dejaron atrás a las orquestas y combos para dar paso a la música que se ajustaba exactamente a la inquietud juvenil y que reflejaba todo su sentir.   

Esa era la música que escuchaba también Arturo Durazo en Agua Prieta, la que lo hizo definirse por tener un conjunto sin saber siquiera ejecutar instrumento alguno. Con ese sueño se fue a trabajar a Ensenada, Baja California y apenas cumplidos los dieciséis años asistió a una presentación que hizo el rockero mexicano Javier Bátiz -que tocó  con Carlos Santana antes de que éste se pasara a Estados Unidos-, lo que definitivamente determinó en el jovencito su vocación por la música e hizo que se decidiera a formar un conjunto.   

A su regreso compartió la idea con su hermano Pancho, dos años mayor y quien inmediatamente estuvo de acuerdo en apoyarlo. Los Durazo son de Cananea, Sonora, situada al noroeste del estado y cuna de la Revolución Mexicana; hijos de don Eduardo Durazo, comerciante de toda la vida. Desde muy pequeños se trasladaron con su familia a la frontera, donde recibieron la influencia musical del otro lado. Pancho tocaba un poco la guitarra e intentaba acompañarse canciones de Los Teen Tops y de Los Locos del Ritmo, que ya triunfaban tocando covers de los principales rocanroleros norteamericanos. También, al igual que todos los jóvenes de entonces, se pasaban horas escuchando a Los Venturas, a Bill Blacks Combo y a cantantes como Duanne Eddy.   

Mientras los Durazo definían el tipo de grupo que deseaban, otro joven, nacido en Nacozari y criado en Agua Prieta, también buscaba un grupo para tocar. Desde pequeño, a José Luis “Lichi” García le gustaba cantar e imitaba a Luis Aguilar.   

Luego quiso un acordeón y su papá, Don José R. García, le compró  un saxofón. El papá de Lichi era dueño de la cantina Silver Dollar y conocía a los principales filarmónicos de la ciudad por lo que consiguió que le enseñara a tocar Rafael suárez, un músico de la Copacabana, centro nocturno de mucha fama en Agua Prieta, por aquellos años, pero José Luis no quiso saber nada de las formalidades armónicas y se dedicó a imitarle los tonos al saxofonista del Bill Black Combo, mientras encontraba con quien tocar, A Lichi le gustaba cruzar a Douglas, Arizona, frontera con a Agua Prieta, para escuchar a los principales grupos de la región de cochise, que eran The Blue Royals, The Crystals y Bobby and the Demons. La ciudad era muy pequeña y era muy fácil que se encontraran jóvenes con las mismas ideas y pretensiones; además eran pocos los sitios dónde se podía escuhar música y por lo regular eran canciones rancheras y norteñas las más solicitadas. Estaban la cantina del papá de José Luis, la Copacabana y La Paloma, principalmente. Al saber de la idea que tenían Pancho y Arturo, José Luis inmediatamente se les unió y juntos se dieron a la tarea de buscar otros elementos para el grupo. Los encontraron precisamente en La Paloma, que era entre cantina y centro nocturno donde presentaban música viva. Del conjunto que escucharon, intérpretes de música rancherita, les interesó el estilo del guitarrista y del bajista. Después de varios días de plática, Franky Gámez y Raúl Hernández Cota se sumaban al proyecto de grupo. Faltaba uno.   

Gilberto Maldonado es el único que afirma haber nacido en la antigua Bachicuy de los Opatas. Hijo de un filarmónico muy conocido en la frontera, tocaba con bastante profesionalismo el clarinete e inclusive había ganado varios concursos interpretándolo, algunos de ellos celebrados en el Silver Dollar. Al sumarse al grupo, Gilberto también adoptó el saxofón. A partir de ahí todo fue ensayar y escuchar música durante horas para sacar canciones de su agrado, y que por supuesto gustaran a los vecinos del corral de la casa de los Durazo, donde generalmente se reunían a tocar. Franky era quien tenía más experiencia como músico y quien dispuso la distribución de los instrumentos: Los saxofones y el bajo estaban ya definidos, por lo que destinó la batería para Francisco, la guitarra de armonía para Arturo y él con requinto y voz. A los Durazo prácticamente les enseñó a ejecutar el instrumento asignado.   

Poco a poco fueron saliendo las canciones y el estilo, a fuerza de reunirse durante horas y de interpretar la música de sus favoritos. No se fueron inmediatamente con Elvis o con los conjuntos mexicanos de moda, sino que sacaron Río Rojo de Johnny and the hurricans, pieza que fuera su rúbrica ya como Apson durante años; de Los Ventura sacaron Luna de Manakoora, de Jimmy Cianton, Just a Dream, que después cantara Polo como Solo un sueño; también le sacaron piezas a Duanne Eddy y a Boots Randolph, un saxofonista muy famoso en quien se inspiraron Gilberto y Lichi para obtener el sonido arrastradito y rasposo que posteriormente los caracterizara. A Randolph le sacaron la versión de Mejor me voy, que permite escuchar la maestría de Gilberto con el sax.   

Corría el año de mil novecientos sesenta y todas las tardes se juntaban a tocar; ya tenían montadas canciones que eran fuertemente aplaudidas por los vecinos que coreaban la canción de Franky, Upudú, una instrumental llamada Tacos, mi novia josefina, entre otras.     

Finalmente fueron contratados para una quinceañera del  barrio y cobraron seis dólares. Después vinieron las presentaciones en la cantina del papá de Lichi y en la Copacabana, donde amenizaron un baile de los estudiantes de Cananea  en  Hermosillo cobrando un centavo oro por cada centímetro que midiera el asistente. Luego se presentaron en e1 Club Social Anáhuac de la misma ciudad minera.   

El nombre se lo deben a un locutor de A.P., Ricardo Rivas quién desde mil novecientos cincuenta y nueve producía programas de música joven a través de XEFH y XEAQ, en los cuales organizaba concursos de grupos locales. Cuando el grupo lo visitó y al notar Ricardo que la intención era en serio, les sugirió que adoptaran las siglas de la ciudad por nombre.  La madre del locutor les propuso que se pusieran también el Boys, ya que todos los grupos de moda lo utilizaban. Posteriormente en la Peerles, quien primeramente los contrató para grabar, les definieron el nombre únicamente como Apson.   

Pronto empezaron a ser populares en la ciudad y en la región. Adquirieron nuevos instrumentos en Douglas, en una tienda que todavía existe sobre la avenida G, Eddies Music Store, se mandaron hacer sus primeros uniformes pues todos los conjuntos se distinguían por tener uno y se tomaron las primeras fotos promocionales, donde aparecen con cara de niños y el cabello envaselinado, como debía traerlo un buen rockero. Las presentaciones se multiplicaron en Agua Prieta y fue en una de ellas donde el nombre de Raúl prácticamente desapareció para dar paso al apelativo con el que se le conocería por toda la república. De Raúl Hernández Cota pasó a ser Raúl Cota, y de éste a “cubano”, por un comentario que hizo en una ocasión uno de los asiduos a sus presentaciones, pues Raúl le recordaba a un amigo cubano. De ahí, el “cubano” se dio a conocer como uno de los bajistas con más recursos de la época, hasta su salida del grupo cuando decidió deshacerse del instrumento para no tocarlo más.   

En una ocasión, todavía en el año del sesenta y uno, hasta Agua Prieta llegó  la Caravana Corona, compuesta de dos autobuses donde viajaban muchos artistas para presentarse por toda la república, y los integrantes de Los Apson fueron a una de las funciones pues venían de gira Los Rogers, grupo de rock que estaba pegando fuerte con la canción Noches y días perdidos. Después de la función los de la frontera invitaron a César Cervera, el  vocalista de los visitantes, a escucharlos y quien muy impresionado por la calidad del grupo los animó para que se fueran a la ciudad de México, asegurándoles éxito. Desde entonces esa idea ya no los abandonó y únicamente pensaban en la forma de llegar a la capital. Obviamente no tenían la manera de hacerlo en grande, por lo que se pusieron a trabajar con más entusiasmo.   

A través del papá de José Luis conocieron a un empresario nogalense, Erasmo Torres, concesionario de todas las rockolas, aquellas máquinas tragamonedas repletas de discos de 45 revoluciones y quien inmediatamente se los llevó a Nogales para amenizar la Feria de las Flores de ese año.   

Después fueron a Hermosillo, ya en mil novecientos sesenta y dos, contratados por los estudiantes de la Universidad de Sonora para tocar en un baile a celebrarse en el gimnasio de la institución y alternando con la orquesta de Manuelito García, una de las más importantes de la capital del estado. Esa noche no ganaron mucho dinero a pesar de que el gimnasio estaba a reventar, entre otras cosas, porque uno de los organizadores, Alfonso Sahagún Larrazolo, también de Agua Prieta y amigo de los del conjunto, permitió que se colaran más de cien estudiantes que querían escucharlos.    

Al día siguiente, los estudiantes los animaron y les cargaron los instrumentos para que se presentaran ante don César Gándara, dueño del motel Gándara, a ver si los contrataba unos días en El Continental, el salón de baile del lugar y el más acreditado en Hermosillo. Después de escucharlos los contrató por quince días, de las once de la noche a la una de la mañana alternando con una cantante que interpretaba éxitos de Agustín Lara y a quien acompañaba el grupo del Chacal Estrada, un músico de mucho renombre en la ciudad.    

A causa del contrato Pancho tuvo que dejar definitivamente su trabajo en la aduana de Agua Prieta y dedicarse por completo a Los Apson, que después de esos quince días volvieron a su lugar de origen. Sin embargo, ya habían decidido hacer el viaje a México y lo empezaron con su última presentación en su ciudad para salir rumbo a Nogales en busca de apoyos y trabajo. Iniciaron la gira a bordo de un Ford Mercury azul de dos puertas, 53, propiedad de Pancho. En Nogales consiguieron varias presentaciones gracias a don Erasmo Torres, a don Pedro González quien los contrató para el salón Star Light, de su Hotel Alhambra, del Calichi Siqueiros, quien los publicitó gratuitamente en su periódico El Noroeste y del escritor nogalense Oscar Monroy Rivera.  Además del contrato ofrecido por Don Pedro, consiguieron otro en el Club Royal, de don Nacho Félix, gran empresario ya fallecido. Días después se presentaron en el Hotel Cuervo, de Magdalena y en la plaza municipal de Santa Ana. Llegaron a Hermosillo a hospedarse en una bodega que les prestó el mismo señor Torres, de Nogales, por la calle Yáñez cerca de donde se encuentra ahora La Radiola, del famoso locutor herrnosillense Francisco Dávila Bernal, en donde por cierto Pancho colgó una foto de Los Apson.    

En la capital de Sonora estuvieron varios días trabajando únicamente para comer; les iba tan mal que Pancho y Arturo tuvieron que echar mano de todos sus recursos para convencer a Franky y al “cubano” de quedarse pues se querían regresar. Finalmente siguieron y en Guaymas se presentaron en El Costa Azul, gran apoyo de parte de la familia Luján. En Obregón lograron presentaciones pero perdieron el autómovil que se descompuso sin remedio y tuvieron que continuar en autobus de pasajeros, con las consabidas molestias.    

Pese a todo seguían tocando y montando canciones; Arturo avanzaba en la guitarra con los consejos del Franky, Pancho en la batería, el “cubano’ se lucía con el bajo y los saxofones sonaban bien arrastraditos, como los de Bill Blacks y Boots Randolph; Franky ya jugaba con el requinto y la voz, se había descubierto como cantante de rock y de baladas. Se fueron en camión hasta Culiacán. Aquí se hospedaron en el Hotel Hidalgo y tocaban en un bar, del cual nadie recuerda el nombre, parecido a La Paloma, donde trabajaron el Franky y el “cubano”. Seguían sin ganar mucho dinero, apenas para mal comer; pero ya estaban más cerca de México y eso los estimulaba, aún desconociendo lo que encontrarían en la gran ciudad. Después de varios días de trabajo, alguien les recomendó que fueran a La Fogata, ahí tocaba un grupo parecido a ellos, Los Siuggers. No tenían dinero para pagar la entrada pero al identificarse con el encargado del lugar les permitieron el acceso sin costo. Aquel era un señor calvo, tipo Oscar Pulido, un actor cómico de cine mexicano, según José Luis García. Para ellos lo único interesante del grupo sinaloense era el cantante, pues interpretaba bastante bien los éxitos del momento, se llamaba Leopoldo Sánchez Labastida, tenía aproximadamente  quince años, hijo del encargado del lugar, Los Apson platicaron con él y lo invitaron a que se les uniera, pues Franky había manifestado que únicamente quería ser el requinto, por lo que debían buscar vocalista.    

Como ya tenían días en el hotel y no lograban sacar lo suficiente para pagar la cuenta, el papá del Lichi y de los Durazo los alcanzaron para ayudarles a saldar la deuda. Platicaron con el papá de Polo para que le permitiera continuar el viaje hasta México con Los Apson, lo que sucedió y el grupo se hizo de un vocalista, que meses después grabaría Anoche me enamoré, con coros del cantante hermosillense Pablo Castillón Alvarez, y Sólo un sueño, que según los expertos le salió mejor que la original de Jimmy Clanton, quien poseía una voz muy aniñada. Sin embargo, Franky también siguió cantando y dirigiendo musicalmente al grupo, pero la última palabra en las decisiones la tenía Francisco, el mayor con apenas 20 años.    

José  Luis García se regresó de Culiacán a Agua prieta porque sufrió  una recaída de un mal cardíaco. Después los alcanzó en México, pero sólo para ensayar y salir en la foto del primer disco, ya que todo el sax había sido grabado por Gilberto. Lichi regresó definitivamente a la frontera y en 1963 integró el grupo Lichi García y sus Imperiales; sus principales éxitos fueron La pava, Desafiando y la Tragedia, del Surfin.    

Después de pasar unos días en Mazatlán, se dirigieron a la ciudad de México, sin escalas y decididos a quedarse en la  capital. Como no les había ido tan bien en la gira recurrieron una vez más a sus familiares y amigos para que los apoyaran, que siempre hacían pues los paisanos de Agua Prieta tenían la certeza de que triunfarían, desde que los escuchaban ensayar en el patio de la casa de los Durazo, imitando a grupos norteamericanos. También tocaban canciones de los Teen Tops, Los Rogers, Los Locos del Ritmo y de otros grupos de rock de la ciudad de México.    

Días antes de abandonar Mazatlán conocieron a Martha Guerrero, quien prometió  ir a esperarlos a la central de autobuses con unos amigos para ayudarlos a hospedarse mientras se contactaban con alguna casa grabadora. Ya sabían que la Peerles podía interesarse, pero no había seguridad. Después de todo, eran un grupo totalmente desconocido que vivía a más de dos mil kilómetros de distancia de la capital. Entretanto se divertían platicando, sonando las guitarras sin amplificador, sacando canciones y componiendo a medias. Se reían de Polo porque era el más joven y con quien batallaban mucho pues no le gustaba cambiarse de ropa ni bañarse. A medida que se acercaban a su destino, Pancho sentía más el peso de la responsabilidad de ser el mayor, los demás tenían entre dieciséis y dieciocho. Afortunadamente lo relajaban las bromas de Arturo, el más soñador y aventado, las puntadas de Gilberto y las pretensiones de grandeza de Franky. Raúl se mantenía serio, a la sombra del requintista.    

Finalmente llegaron a México, los impactó con sus grandes edificios, sus extensas colonias, las multitudes por las calles y la gran cantidad de vehículos que transitaban.    

Ninguno había estado en la gran ciudad y del asombro pasaron al temor, el silencio se hizo patente; por fortuna ya los estaban esperando en la terminal de autobuses, y Martha, acompañada de amigos les ayudaron a bajar el equipaje e instrumentos, que cuidaban como a su vida pues eran nuevos y sus únicas herramientas de trabajo. No se podían dar el lujo de perderlos. Todavía no se recuperaban del impacto que les había provocado la capital y entre los saludos y presentaciones se colaba aún el miedo a lo desconocido.    

Entre los nuevos amigos se encontraba Adolfo Plascencia, quien se identificó inmediatamente con ellos y los invitó a quedarse en su casa, en la colonia Doctores. A partir de ahí, el Mandy, como Arturo bautizó a Adolfo, se hizo cargo de ellos; les consiguió alojamiento y comida. Por las tardes sacaban los instrumentos para ensayar  y poco a poco despertaron la atención de los jóvenes del sector; todavía tocaban canciones de sus inicios: Río Rojo, Mi novia josefina de Franky, Upudú, Polo ensayaba Sólo un Sueño y Anoche me enamoré, letra de Pancho. Franky hacía de las suyas con el requinto y voz, lograba que la casa del Mandy se abarrotara de amigos de la colonia. A los días, Plascencia empezó a cobrar la entrada a los ensayos con el fin de reunir dinero para el grupo, pues no tenían ni un cinco.     

Después les consiguió tocadas en fiestas y quinceañeras, lo que les permitió  hacerse de unos ahorros para comprar ropa y zapatos que tanta falta les hacían. En una casa de la calle Doctor Olvera, amenizaron su primer fiesta y formalmente se escuchó el clásico sonido que por siempre los iba a caracterizar. Desde entonces el Mandy se unió al grupo en calidad de representante y estableció su residencia en Agua Prieta.    

Desde que la encontraron en Mazatlán, Martha Guerrero lo había prometido presentarlos con un pariente que trabajaba en el ambiente del radio y de la televisión, y quien podía  relacionarlos con una casa grabadora. El Mandy, representante, hacía su lucha por conseguir una audición. Los Apson querían trabajar para Orfeón, pero finalmente fue Peerles quien se interesó para grabarlos y ofrecerles un contrato, después de que el gerente se pasó horas y horas escuchando el sonido fronter del conjunto, acompañado del baterista de los Teen Tops, quien entusiasmado insistía en que los firmaran.    

A pesar de que ya tenían suficientes canciones para grabar, la compañía les pidió que el primer disco de larga duración fuera totalmente instrumental, con lo que Polo se quedaba sin intervenir. Tampoco el Lichi García grabó, aunque sí aparece en la portada de Llegaron Los Apson, nombre de su primer disco que contiene, entre otras, El hombre Frío, Corazón de Roca y el Paso del Elefantito. Polo no participó porque no era músico, no sabía tocar instrumento y si en algunas foto promocionales sale pulsando una guitarra, era nada más de adorno. Su trabajo, que por cierto hacía muy bien, era cantar.    

El disco fue presentado en 1963, y a pesar de todo, de desencanto del grupo, gustó  y las invitaciones para tocar en fiestas se multiplicaron. La primera que amenizaron fuera de Distrito Federal fue en Taxco, Guerrero, con gran éxito, y pesar de que empezaban a ser populares todavía no eran bien pagados y básicamente dependían de grabar pistas; también de presentaciones en programas televisivos, por los que cobraban cien pesos. Su primera gira en forma bajo contrato la realizaron por Zacatecas y Guanajuato. Al notar la aceptación del público, la Peerles lanzó el segundo L.P. Bailando y Cantando, donde incluían la canción que les abrió e paso a la fama y que en inglés se llamara The Hitch – Hicker. El  letrista José G. Cruz le puso simplemente Popeye, y Franky hizo el resto, pues incluso la voz grave que aparece en el coro es suya. A raíz de la aparición del disco fue solicitada su presencia en los programas Estrellas Palmolive y Tiempos y Contrastes, producidos en Televicentro, y donde actuaron junto a Kippy Casado, Queta Caray y Los Mimos.    

 La producción de rock and roll en español era muy pobre y la mayoría de los grupos mexicanos dependían de los covers y traducciones. En norteamérica surgían grupos a montones que acaso colocaban uno a dos tres éxitos para luego desaparecer. Muchas de sus canciones fueron adaptadas por los grupos de moda en nuestro país para hacerse de mercado, no podía ser menos Los Apson, que se pasaban horas y horas escuchando canciones en inglés junto con los traductores y letristas de la Peerles, Jorge Renner y José C. Gruz, buscando la indicada para incluirla en su repertorio. Renner realizó un trabajo interesante y fructífero para el grupo, pues fue su principal apoyo en materia de producción de canciones.    

Bailando y Cantando también contenía otras canciones que pronto fueron éxitos radiofónicos y se colocaron en los primeros lugares de las listas de popularidad, el Upudú de Franky, la interpretación de Just a Dream, que hacía Polo, mejorando con mucho la original de Jimmy Cianton; con el mismo Leopoldo, Aveces lloro, que es un ritmo lento que permite el lucimiento de Gilberto con el sax, al que saca un sonido grave y triste que se acopla muy bien a la voz del sinaloense: “A veces lloro estando solo, a veces lloro y es por ti …… Franky canta Popeye y Bailando el Mash, y dejó Las Quinceañeras para el chaparrito Polo.    

Desde que se lanzó su primer disco y llegó a Sonora, a través de las radiodifusoras y tiendas de música, Los Apson adquirieron categoría de ídolos que aún conservan, pues eran los primeros en lograr acomodarse en los primeros sitios a nivel nacional. Otros grupos habían llegado a México y hasta grabado discos sencillos, pero nada más. Los jets, de Nogales, con su cantante negro Leslie Roya  y los Lukens de Hermosillo, entre otros.    

Empezaba la vida de artistas para los jóvenes que habían trabajado tanto para lograrlo; hacían programas de televisión, tenían más grabaciones en puerta, los invitaban a fiestas, codeaban con los ídolos del momento, quienes todavía los miraban recelosos. Volvieron unos días a Agua Prieta en calidad de triunfadores, pudieron comprar ropa y botines nuevos en Los Angeles, visitaron al Flavio, el cantinero eterno de La Internacional, de su fronteriza ciudad, se juntaron con los amigos de siempre. Nada más una probadita, un volver al terruño a revitalizarse, a llenarse de frontera y de música nueva del otro lado.     

Pronto formaron parte de La Caravana Corona, que hacía giras por todo el país presentando artistas en auditorios, cines y plazas. Recorriendo pueblos tras pueblos y ranchos tras ranchos, como bien dice Francisco.    

La presentación no variaba: “Señoras y  señores, distinguido público: Su Caravana Corona Extra tiene el enorme placer de presentarles de nuevo, en esta primaveral y turística ciudad, a lo más selecto, lo más grande de la farándula nacional. Estarán con ustedes los mejores artistas de radio, cine, televisión. Para abrir este magno festival, tenemos con nosotros al mejor grupo de música juvenil del momento y que viene desde el estado de Sonora, a Looooos Aaapson…” Y así desfilaban todos los integrantes de la heterogénea caravana.    

Los viajes se realizaban en dos camiones, uno llamado el A Go Go, donde iban los conjuntos rockeros, y otro el de las Estrellas, donde frecuentemente viajaban José Alfredo Jiménez,  Lucha Villa, Manolo Muñoz, Resortes y Pedro Yerena. En este se realizaban grandes partidas de pókar para matar el tiempo entre ciudad y ciudad, y como Los Apson eran buenos para el jueguito, sobre todo Pancho, pronto pasaron a formar parte de las estrellas, pero de la baraja.    

Fue en uno de esos viejecitos en el que Lucha Villa y Arturo Durazo iniciaron un romance que pronto culminó en matrimonio; a la de Chihuahua le gustó el Apson e inmediatamente le propuso legalizar. Cuando se lo platicó a su hermano, únicamente se encogió de hombros y le dijo que era problema de él; se formalizó la relación en Agua Prieta y pronto la Lucha pasó a ser esposa del galán del conjunto. La unión duró apenas un año y mucho después Arturo platicaba, muerto de la risa, que la grandota era terrible y que inclusive cuando él se levantaba de la cama un momento por las noches no dejaba de insistirle a su mujer: Lucha… Lucha … nada  más voy al baño, ahoritita vengo, ‘cuídame el campito …   

Los Apson, además de interpretar sus éxitos, frecuentemente acompañaban a otros cantantes que lo solicitaban, a veces por intermediación de funcionarios de la Peerles. Así, en el Mercado de Discos y de la ciudad de México, continuamente acompañaban a Olivia Molina, una cantante de estilo tirolés y a la rocanrolera Vianey Valdez, la de Muévanse Todos, quien en pago hacía coros en muchas de las presentaciones de los sonorenses.    El 14 de febrero de mil novecientos sesenta y cuatro, la Caravana Corona se presentó  en el estadio Fernando M. Ortiz, de Hermosillo, antiguo parque de beisbol que ya no existe, y Los Apson lograron que se llenara. Ahí estaban sus amigos y familiares, y muchos de los estudiantes universitarios que los apoyaron en sus inicios; actuaron los hermanos Martínez Gil, Pedro Yerena y Manolo Muñoz, a quien acompañaron en sus interpretaciones de La Pera Madura y Speddy González, entre otras canciones del ex-integrante de Los Gibsons.    

Después se iban a México a encerrarse otra vez con sus letristas para seleccionar canciones, y los éxitos se fueron acumulando. Polo grabó por última vez con ellos y su canción Anoche me Enamoré, pronto fue de las más populares. El coro lo hizo otro cantante sonorense que también grababa para la misma compañía, y quien fallecio en el año de mil novecientos noventa y dos, en Magdalena. Pablo Castillón Alvarez, salió  del coro de la Universidad de Sonora -dirigido por la maestra Emiliana de Zubeldía, española de origen y sonorense por adopción-, a la ciudad de México donde grabó cuatro discos de larga duración para la Peerles. En los momentos en que se realizaban los últimos ensayos de Anoche me Enamoré, apareció Pablo y fue invitado para hacer el famoso “dan dubi dan”, que a la postre dio a conocer a Pablo como Míster Dan Dubi Dan.    

Los Apson se daban tiempo para ir a Tijuana, Baja California, y principalmente al Mikes a Go Go, a escuchar canciones nuevas  y  grupos que llegaban, conocido casi mundialmente por todos los rockeros. Cuenta Pancho que una vez se encontraron saliendo de ese lugar, enclavado en la famosa calle Revolución, a Mick jagger y Keith Richards, los eternos líderes de los Rolling Stones, y es que la Ola Inglesa ya se había descolgado a Los Estados Unidos, especialmente a California; lo que les dio la oportunidad a los conjunteros de México de conocer más canciones. De Los Stones, Los Apson sacaron Under The Boardwalk, original de los también ingleses Drifters, convirtiéndola en la ya clásica Fue en un café.    

Todas las canciones que grababan y salían al mercado se convertían en éxitos; sus discos de larga duración y los de 45 revoluciones eran muy solicitados, inclusive uno de estos últimos que contenía La Matilde, ya no existe, a menos que lo tenga un coleccionista, que sería una rareza.

ANÉCDOTA    

Y así  también pegaron El Cartero, de la cual platica una anécdota Leonardo Arvizu, bajista de fines de los sesentas: cuando estaba de moda esta canción, en la plaza pública de Sonoyta, enclavada en el desierto al noroeste de Sonora, se presentó un grupo de música moderna de otra ciudad, y todos los nativos se congregaron para escucharlos. Cuando la actuación estaba en todo su apogeo, los del conjunto quisieron hacer gala de que también sabían algo de los Apson y comenzarona tocar el coro de El Cartero: ‘el cartero … el cartero … el cartero… “Y aplaudían tratando de animar aún más el ambiente. En esos momentos se levantó un señor de su silla y haciéndoles gestos despectivos, se retiró. Después se enteraron que el señor era el cartero del pueblo y pensó que se estaban burlando de él con los coros.    

Entre otras, también se convirtieron en éxitos Atrás de la raya, No hay amor, De hoy en ocho (la favorita de Lichi García), Solo un sueño (Solo un leño, le decían a Franky), Nunca se lo digan, Aleluya, Déjennos a solas, El Claxon Y la quiero (And I Loye Her, de Lennon y McCartney), Jamás  corazón, Satisfacción (de Los Rolling Stones), Enamorado del amor, Mejor me voy (Tuff, de Ace Cannon), La pócima del amor, El Tren, Triste luna (también de los de Liverpool), Cuqui, Una oportunidad, Si es que cambias, El fin del mundo, El Actor, Desilusión (de inspiración del “Cubano”), Cuando apenas era un jovencito, Sueña dulce nena, Por eso estamos como estamos, letra y música de Eduardo Magallanes, compositor y arreglista que en muchas grabaciones los apoyó con coros, efectos y tocando el órgano.    

En el mismo 1965, Peerles les otorgó el Disco de Oro por haber resultado los mejores vendedores el año anterior, con la cumbiera Rosita Gómez. El premio les fue entregado en un programa televisivo, donde el presidente, Ing. Heinz Klinckwort, ante un número considerable de invitados entre los que destacaba Emilio Tuero, el Barítono de Argel, que dijo: ‘No acostumbramos a dar premios a manos llenas, sólo lo hacemos convencidos de que un artista se lo merece. En la actualidad, en que la competencia en todos los terrenos es tan despiadada, hay más peligro que nunca que verdaderos valores pasen desapercibidos aunque hayan destacado por su labor artística y la resonancia que hayan tenido entre el público. Por esta razón sentimos la necesidad de estimular a los artistas de nuestro elenco que han obtenido muy buenos hits y se han colocado en el ambiente artístico de nuestro país entre los mejores de la nueva generación. Me refiero a Rosita Gómez, que ha cosechado aplausos en toda la república por su talento y por su simpatía, y Los Apson, que se han distinguido de entre todos los demás grupos musicales de este tipo. Premiamos el esfuerzo de estos jóvenes artistas y a la vez les deseamos toda clase de éxitos en la prosecución de su carrera’.    

Las fotos y notas aparecieron en la Revista Audiomúsica, del primero de junio de ese año, en cuya portada presentaban al cantante argentino Leo Dan, que estaba triunfando con Cómo te extraño mi amor. Dos años antes, habían obtenido, de la misma compañía, el Trofeo Radiolandia, a los mejores vendedores; compartieron el éxito con Los Hermanos Záizar, Los Xochimilcas, Lola Beltrán, Vianey Valdéz, Queta Garay y Juan Mendoza “El Tariácuri”.

TRIUNFAN   

 Eran ya únicamente Francisco Durazo, Arturo Durazo, Franky Gámez, Raúl  Cota “El Cubano’ y Gilberto Maldonado. Desde su llegada a México habían despertado la curiosidad de los reporteros y comentaristas de las principales revistas musicales, como Notitas Musicales, México Canta y de los que trabajaban para las secciones musicales de los diversos periódicos nacionales y entidades que visitaban. Desafortunadamente existen únicamente los recortes de las notas, desprovistos del lugar y fecha, incluso algunas del nombre del publicación; el Pancho no le daba importancia a la circunstancia histórica y únicamente recortaba para el halago. Una de las primeras reseñas en la capital, muy breve por cierto, dice: “Los Apson llegaron al Distrito Federal hace tiempo buscando, como buenos provincianos, el triunfo de la capital. No habían grabado nunca, ni siquiera como aficionados… pero ellos sabían que podían. En un concurso organizado por Sergio Rot, locutor de Radio Felicidad, se presentaron humildemente vestidos y luciendo modestos instrumentos. Concursaban los mejores conjuntos de la capital… El público aplaudía a figuras como Enrique Guzmán, César Costa y Angélica María … Llegaron y ‘barrieron’ con todos, incluyendo conjuntos de la categoría de los Teen Tops.”    

En la Revista Ritmo Juvenil apareció, también en 1963: “Cuando la trilogía de los conjuntos de Rock mexicanos (Locos, Teen Tops, Rebeldes) no permitían el arribo en sus dominios de ningún otro conjunto, y sólo dejaban un segundo término a los demás grupos rocanroleros, llegó del norte de la República un conjunto de rock que se abrió paso a base de calidad hasta colocarse casi al nivel de los tres grandes. El sonido rasposo y rebelde de su saxofón, secundado por el canto atronador de las guitarras eléctricas y el redoble de su batería, llegaron abriendo brecha entre las filas de los rocanroleros mexicanos. El rumor corrió de boca en boca: llegaron Los Apson, llegaron Los Apson, y así apareció el conjunto de rock más completo que nos ha llegado del interior de la República. Cuando escuchamos el disco de prueba para tratar de conseguir un contrato de grabación, quedamos boquiabiertos e impresionados hasta la médula, por su dinamismo. El sax sonaba igual al del conjunto de Duanne Eddy, el requinto al de Bill Haley y el bajo al de Bill Black’s… La voz de Polo nos recordaba a  Jimmy Clanton y la de Franky a Little Richard. ¡Era demasiado bueno para creerlo!’  

El especialista y comentarista de rock, Víctor Blanco Labra, quien hace  tiempo publicó un libro Elvis en el Bosque, Editorial Diana, los presentaba así en su columna ¡Rock en Español!: ‘Saludos amigos ¡LosApson, el conjunto de rock’n roll que prometía convertirse en uno de los mejores grupos de México, se ha convertido ya no en “uno de los mejores”, sino en el MEJOR CONJUNTO MEXICANO DE ROCK TOCANDO PIEZAS INSTRUMENTALES… Para probarlo, les sugerimos que escuchen su primer disco de larga duración: Llegaron Los Apson, es más, tan sólo escuchen una pieza: ‘Fumando”, y quedarán convencidos de que no hay quien les llegue tocando rock. Su saxofonista de dieciséis años (alma del conjunto) imprime a sus interpretaciones el sonido del sax de Duanne Eddy, su requinto es brillante y preciso, su bajo suena a Bill Black; en fin, no hay un sólo ejecutante que no esté exactamente en su punto. Jamás se había oído en México Rock instrumental como el de Los Apson. “Parece conjunto de E.U.!’, exclama todo el que los oye por primera vez. Y ahora se lanza con melodías cantadas; para ello grabaron una pieza de rock lento (a Veces Lloro) y una movida'(Upudú); cuando los escuchó Tuti Martínez, el ex-requinto de los Teen Tops, exclamó admirado: ¡Cantan como negros!, y es que realmente el sentimiento que imprimen a sus interpretaciones los dos cantantes de Los Apson es enorme. No queremos seguir alabando a Los Apson, porque podrían ustedes pensar que exageramos, así que escuchen sus discos y juzguen si tenemos razón o nos equivocamos…”.

Otra nota que apareció en una revista de la capital, firmada por Néstor Acuña: LOS APSON destronaron al rey Alberto Vazquez, y que “alcanzó  esta semana el primer lugar en ventas y popularidad en toda la República, la melodía El Barba Azul, de Montes y’Renner, cantada en forma casi exclusiva por el conjunto Los Apson, que la iban colocando cada vez en mejor clasificación entre las favoritas. Destronan pues, Los Apson a Alberto Vázquez, quien durante el tiempo casi record de trece semanas mantuvo el cetro de rey de las ventas y popularidad con sus discos a base de ‘Perdóname mi vida”, de Gabriel Ruiz y J.A. Zorrilla. Los Apson graban en Peerles y el disco triunfador es, en este caso, el 45 rpm, sencillo número 8167 del catálago.”     

El éxito de Los Apson hizo que algunas revistas de rock establecieran columnas dedicadas exclusivamente a ellos, así tenemos Viajando con Los Apson,que reseña parte de una gira por el norte del país: ‘Este gran conjunto rocanrolero,cuyo nombre proviene de la tierra donde nacieron: Agua Prieta Sonora, es indiscutiblemente el de más arrastre, popularidad y fama. En sus giras,las muchachas “se matan” por verlos personalmente. En Monterrey, N.L. hubo chamacas que llegaron hasta Los Apson, con las ropas desgarradas; era tal la multitud que no las dejaban pasar, y su mayor satisfacción fue retratarse con ellos. Los tumultos que se forman cada vez que se presentan, por admiradores y admiradoras, son realmente asombrosos: comparados, claro guardando su respectiva distancia, con aquellos que causaba el ídolo más grande que ha tenido México en canciones rancheros: Pedro Infante. En Reynosa, Tamps, fue necesaria la intervención de los bomberos para contener a miles y miles de jóvenes que querían conocer personalmente a ‘Los Apson”. En Piedras Negras, Coah., los bomberos tuvieron que mojar a miles de personas que se congregaron a ver a Los Apson. La multitud estaba disgustada e inquieta, lanzando piedras contra la discoteca, porque el show se retrasó dos horas, debido a una falla de la camioneta donde viajaban los instrumentos y los uniformes de Los Apson.

Otra nota, sobre una presentación en Reynosa, Tamaulipas: “Tumultos en Reynosa por Los Apson. La trifulca empezó por el retraso de dichos artistas: Un grave tumulto se registró al ser inaugurada una tienda de discos con la presencia del conocido grupo de intérpretes de la música juvenil Los Apson. Los acontecimientos tuvieron lugar en la calle de Hidalgo, entre Morelos y Matamoros, en donde desde temprano hora del miércoles anterior, se estuvieron reuniendo docenas de personas, la mayoría de ambos sexos entre los 15 y 21 años, para presenciar la actuación. La trifulca comenzó porque los rocanroleros se retrasaron y no fueron presentados a la hora indicada. Las primeras víctimas fueron los automovilistas que cruzaban por la calle de Hidalgo y que estuvieron a punto de que sus vehículos fueran los automovilistas que cruzaban por la calle de Hidalgo y que estuvieron a punto de que sus vehículos fueran volteados ruedas arriba. Tuvieron que acudir los bomberos y la policía para poner en orden a la chusma enardecida. Los manguerazos y los macanazos se prodigaron en abundancia. El dueño de la negociación que iba a ser inaugurada, se presentó ante los redactores de un diario de la localidad para protestar enérgicamente por la actitud del inspector interino de Policía, señor Celestino Balderas, quien, en vez de proporcionar garantías, tanto a él como a sus empleados, les dirigió graves insultos y los amenazó con meterlos a la cárcel.’

Igual sucedía en Nuevo Laredo y en Córdoba, Veracruz, donde miles de admiradores prácticamente se amotinaron al no poder entrar a la estación de Radio XEVC, que con motivo de su aniversario presentaba al conjunto sonorense.

Por supuesto que en Sonora el éxito de Los Apson provocaba comentarios en todos los periódicos,radiodifusoras y estaciones de televisión; en Agua Prieta, Ricardo Rivas se prodigaba en elogios y Juan Vicente Rivera,El Cuate’,Ies destinaba amplias notas en los periódicos locales. Finalmente Los Apson, después de muchos años de trabajo, habían triunfado y sobre todo habían logrado dar a conocer la ciudad de la cual tomaron el nombre, y de la que únicamente se tenía referencia por el corrido de El Moro de Cumpas, compuesto por Leonardo Yáñez “El Nano”, pariente del Lichi García. También habían logrado crear un estilo, el rock frontera, amalgamando el de los músicos que más escucharon en sus inicios y el propio; imprimiéndole el sentimiento de vivir en el último reducto de la patria, pegado a la línea divisoria, sin concederse totalmente hacia el otro lado y manifestando su esencia mexicana. Además de lograr rápidamente el éxito en la ciudad de México, hicieron que las casas grabadoras se fijaran más en los grupos de provincia, y así poco a poco llegaron otros conjuntos, principalmente del norte del país, a probar suerte, grupos también de mucha calidad pero que por diversos factores no pudieron sostenerse, como Los jets, de Nogales, Sonora; Los Angeles Azules y Los Matemáticos, que hicieron sonar Sigo llorando y La Pachuca, entre otras. Todavía siguieron juntos Pancho, Arturo, Franky, Raúl y Gilberto, dos años más; en el sesenta y siete se escuchaba mucho su canción Fuiste a Acapulco. Ese año fue de efervescencia política en Sonora y los estudiantes de la Universidad Estatal participaban abiertamente oponiéndose a la imposición de un virtual gobernador por parte del centro de la República. La Federación de Estudiantes de la Universidad de Sonora se atrincheró en las instalaciones del Alma Mater y hacían proselitismo en todo el estado con el apoyo de maestros, padres de familia y demás estudiantes de la entidad. En los recintos universitarios, en aquellas fechas, se escuchaban las canciones de Los Apson, sobre todo Fuiste a Acapulco, a la que le cambiaron los versos: ‘Fuiste a Hermosillo y no me avisaste/ no me siento a gusto y qué te robaste/ pues nada, pues nada, qué me iba a robar/ si no me dejaba la Universidad”. El movimiento estudiantil de la Universidad de Sonora, y la brutal represión de que fueron objeto, fue el antecedente inmediato de los sucesos del sesenta y ocho, registrados en la memoria histórica del país. En ese año del sesenta y siete, Franky Gámez decidió separarse del grupo. Existen muchas versiones sobre las causas que determinaron la ruptura con el vocalista, pero la más creíble es la que sostiene Gilberto Maldonado y es la de que el cantante se había envanecido tanto que exigía un cambio en el nombre del grupo por el de Franky y Las Apson, propuesta que fue rechazada de inmediato por los demás, exceptuando al “Cubano”, que se solidarizó con aquél y se retiró definitivamente del ambiente musical. Maldonado hasta la fecha ironiza diciendo que igualmente él pudo haber solicitado llamarse Gilberto y Los Apson, ya que después de todo en gran parte el estilo y sonido del grupo dependía de su sax. Por segunda ocasión Los Apson se quedaban sin vocalista y perdían al requintista que era el mismo Franky y el bajista Raúl Cota. Años antes Polo había dejado a Los Apson para convertirse en solista; también entonces se había dicho que su salida obedeció a los celos de Gámez que se sentía desplazado por el sinaloense. Con todo, a Polo lo siguió apoyando Peerles y en no pocas ocasiones sus amigos de Agua Prieta le grabaron pistas. Sus principales éxitos como solista los consiguió con El último beso, Ana (de los Beatles), Ayer (Yesterday, de los mismos), El doctor del amor, Es natural y varias más. Después se fue a Monterrey donde se convirtió en un ídolo junto con Vianey Valdéz. En la capital de Nuevo León existe mucho material grabado por Leopoldo Sánchez. A principios de los setentas fue contratado por Los Rebeldes del Rock para actuar en una gira por el sur de] país ya que se encontraban sin vocalista. Polo llegó una tarde a Mérida, Yucatán, y antes de la presentación sufrió un accidente en el hotel donde se hospedaban y perdió la vida al caer a la alberca. Todavía su versión de El ultimo beso es muy superior a las que actualmente se escuchan; lo mismo sucede con su canción Ana.

El nombre verdadero de Franky es Tránsito Gámez García. Nació en El Barrigón, un rancho ubicado en las cercanías de Nacozari de Carcía, un pueblo minero cercano a Agua Prieta, donde acabó su acto heróico en favor de la humanidad, el ferrocarrilero Jesús García Corona, a principios de siglo, al morir conduciendo una máquina que jalaba un vagón cargado de dinamita ardiente el cual amenazaba con desaparecer prácticamente al poblado. Los antecedentes de Tránsito se remontan al Valle de las Animas, una colonia Apache situada entre Arizona y Nuevo México, EU. Radicaba en Agua Prieta desde la edad de cinco años y ´desde los siete tocaba la guitarra acompañando a un mariachi en fiestas, velaciones y alabanzas. Su infancia se nutrió del canto popular; admiraba a Pedro Infante y a los Hermanos Záizar. Nunca estudió música y poco a poco se aficionó también a la música folck de norteamérica y a los ya mencionados Boots Randolph y Bill Black. Siendo un adolescente adoptó el nombre de Franky y trabajaba con un conjunto ranchero en la cantina La Paloma, con Raúl cuando lo conocieron los otros futuros integrantes de Los Apson. Su primera guitarra eléctrica fue una jaguar; después se hizo de una Harmmony, luego de una Silverston y de una Ovation. Ya con los del grupo, se distinguió por la euforia que imprimía en sus actuaciones y ello le hizo competir con los más importantes cantantes de la música joven de principios de los sesentas, como Enrique Guzmán, Manolo Muñoz, César Costa y Johnny Laboriel, principalmente. Después de separarse del grupo, fundó en Nogales el conjunto Franky y Los Matadores, con elementos fronterizos entre los que estaban Mauro y Luis Martín Triana, el “Cuco” y el “Güico” López; tuvo muchos éxitos en toda la república y en el sur de Arizona, famosas fueron Conozco a los dos, Piedras Negras,Arrívederchi María, Me estás cotorreando,Frontera,Elcable,en las que Gámez combinaba la balada y la cumbia, principalmente, con pretensiones de hacer algo diferente a Los Apson, pero hasta la fecha se le conoce más por su participación con el primer conjunto. Cantaba y tocaba un requinto a la vez. Franky ha realizado, a lo largo de su carrera, que todavía sigue, un trabajo muy meritorio; siempre fue un cantante explosivo que verdaderamente sentía lo que cantaba y con una habilidad enorme para manejar distintos tonos de voz; logró ser considerado uno de los mejores cantantes de su época, aún y cuando no recibió los apoyos que tenían los de la capital; puede atribuirse a que no quería dejar a Los Apson, en los primeros años. Hasta la fecha tiene grabados cerca de treinta discos de larga duración: Nueve con Los Apson, nueve con Los Matadores, otros tres regrabados con los de Agua Prieta y los demás a título personal. Por naturaleza inquieto, todavía sigue recorriendo las carreteras de Arizona, California y en ocasiones de Chihuahua, haciendo presentaciones con diversos músicos, En una ocasión, ya entrados los años setentas, Franky fue invitado por Raúl Velasco al programa Siempre en Domingo y llegó elegantemente vestido, a la usanza norteña, con un traje vaquero de piel con adornos del mismo material, lo que hizo que el conductor ]e dirigiera algunas bromas que nada le cayeron bien al cantante. Cuando Velasco le preguntó finalmente que si con qué clase de piel estaba confeccionado su atuendo, Franiky lo miró directamente a los ojos y muy serio le alzó un tanto la voz diciéndole que era de piel de buey. Fue su debut y despedida, porque nada más cantó la del compromiso, Linda Betinda. Franky tiene ahora inquietudes por filmar documentales de ayuda social y cantar material nuevo de su inspiración. En una ocasión nos confesó que los cantantes que más lo influyeron fueron Chuck Berry, Ray Charles, Frank Sinatra y todos los que interpretaban el San Francisco Style.

Una vez que Franky se separó de Los Apson, el bajista Raúl Cota “El Cubano” también se retiró a Agua Prieta, guardó para siempre el bajo y se dedicó a participar exitosamente en torneos de tiro con rifle. Después ingresó a los Testigos de Jehová y actualmente radica en Douglas, Arizona, donde trabaja en una fábrica y compone música religiosa para su iglesia en guitarra y órgano. No le interesa saber nada de Los Apson, ni de antes ni de ahora, y eso que fue considerado como uno de los bajistas con más recursos de su época.

Pronto Los Apson se dieron a la búsqueda de un vocalista, un requintista y un bajista. A éste lo encontraron en Agua Prieta, Rubén Samaniego; en Nogales encontraron a los otros dos, Carlos “El Chale” Félix, requinto y Ramón Yocupicio de cantar. Éste, a pesar de su edad, diecisiete años en aquél 67, ya tenía experiencia como vocalista. Es originario de Navojoa, Sonora y nieto del General Román Yocupicio, Gobernador del Estado en tiempo de Lázaro Cárdenas. Desde pequeño fue a vivir a Nogales y empezó a cantar a los dieciséis con los Shake Downs, junto a Raúl Cook, Armando y Tony Ramírez, Manuel Domínguez y Edmundo Leyva. Con ellos grabó, para la Peerles, Capri ce fini, Recargado en el farol y Drácula a go go. El Yocu, como se le conoce en Nogales, fue recomendado a Los Apson por la casa grabadora y pronto se dieron a la búsqueda. Ramón se dedicaba a cantar con Los Shakes en los principales centros nocturnos de esa frontera, en La Nuit, de la calle 0bregón, en el Foring Club, en el Star Light del Hotel Alhambra y en el Sky Room del Hotel Fray Marcos de Niza. El tiempo libre se lo dedicaba a los amigos que se daban cita en la Botica La Campana, ubicada en la calle Obregón y Díaz, a escuchar música comiendo papas fritas con root bcer que servía don Julio Mosqueda. Aunque Los Apson tenían prisa pues debían cumplir un contrato en el Million Dollar, de Los Angeles, California, tardaron algunos días en convencer al vocalista, quien en parte se decidió debido a la inminente desintegración de Los Shakes Downs, pues cuatro de sus integrantes radicados en Arizona habían sido llamados para incorporarse al ejército norteamericano que aún peleaba en Vietnam. Ramón cantaba en las presentaciones todos los éxitos de] grupo; grabó Perdámonos,que obtuvo premios de venta en Los Angeles, Luto en mi corazón, El Arado, Rondando y varias más. Para él era muy difícil ser vocalista de un conjunto famoso y sobre todo tener que llenar los zapatos de Franky, de quien nunca consideró imitador. Recorrió la República en la Caravana Corona y permaneció como Apson únicamente año y medio, cuando tuvieron que hacer un receso debido a las lesiones sufridas en un accidente carretero cerca de Zacatecas, en 1968. Después formó los grupos La Edad y Virgo en Nogales. En 1979 se retiró de la música comercial y ahora vive en Nogales, Arizona, trabajando para esa entidad y al igual que “El Cubano” hace canciones religiosas. Yocupicio se acuerda con cariño de su época como Apson, pero ello no lo vuelve loco. Piensa que como solista también la hubiera hecho. Hasta la fecha, Francisco Durazo lo recuerda como una persona muy positiva y disciplinada. En 1970 volvieron con otros integrantes, pues Gilberto Maldonado, el maestro del sax, se había retirado. Seguían siendo Los Apson pues el nombre pertenece a los Durazo, quienes llamaron a dos músicos de Magdalena, Sonora, con experiencia: Lauro Vélez, requintista y Leonardo Arvizu en el bajo. Como vocalista invitaron a Roberto Castellanos, quien cantaba con Los Cadetes, y quien apoyó tocando el órgano. Se dedicaron básicamente a hacer presentaciones y únicamente grabaron un disco con el Beto Castellanos, que no tuvo mucha aceptación y que contenía El Compadre Vacilador -entre otras canciones de menos trascendencia-. Después tuvieron otro vocalista, también de Nogales, y quien cantaba para Los jets, Héctor Romero, “El Caperuzo”; no grabó con Los Apson. En los setentas las cosas no eran iguales, se había agotado un poco el entusiasmo inicial de hacía ya una década; los artistas y la música también habían cambiado, ya no más los Enriques Guzmán, Manolos Muñoz, ya no los Teen Tops, los Locos, ya no los programas fresas de televicentro; ya nada era igual después de diez años y de los sucesos del sesenta y ocho. Se separaron Los Beatles y surgió otra onda musical, más metales y una agresividad en la ejecución que relegaba al cachondo saxofón y al rocanrolito facilón. Cambiaron también las modas, llegaron los jipis pacifistas, la ropa unisex, el cabello largo, las drogas y el rock pesado. Ahora los ídolos eran los Hendrix, Morrison, la Joplin, Clapton, Joe Cocker, todavía Los Stones y un chorro de conjuntos de recursos electrónicos que definitivamente traían de cabeza a los jóvenes de esa generación que ya consideraban la música de los sesentas francamente como decadente y cursi. “Era tiempo de hacer una pausa indefinida”, dijo su representante artístico Adolfo Plascencia, y los Durazo cedieron. Llegaron los días de dedicarse a la familia, a los amigos, a todo lo que no fueran ensayos, grabaciones, presentaciones, viajes y prisas. El Lichi ya estaba establecido en Douglas, Gilberto en Tucson, Raúl se había retirado, Polo había muerto, el Franky seguía otros rumbos y los hermanos Durazo hacían por permanecer tranquilos en la frontera haciendo negocios, recibiendo todavía regalías por las ventas de sus discos y esperando el tiempo de volver, porque después de todo es lo que sabían y les gustaba hacer, la música. En 1975, aprovechando un ofrecimiento de Orfeón (el contrato con Peerles había terminado hacía tiempo) iniciaron un nuevo proyecto que los llevaría a grabar tres discos de larga duración con todos sus éxitos. Franky no tenía conjunto y aceptó regrabar junto con Pancho y Arturo, quienes integraron a Ismael Gerardo, en el sax, a Horacio Estupiñán en el bajo y a Marcos Sosa, en el órgano, todos de Agua Prieta. Realizaron giras por Sonora, Chihuahua y Baja California durante ocho meses. Años después, en 1980 se unieron a otro grupo de la misma frontera, Acuario, para formar Los Acuarson y consiguieron contratos para Las Vegas y algunas ciudades de California, Estados Unidos. Luego murió Arturo. Desde antes de que existieran Los Apson, desde que eran tan solo una idea en su cabeza, él había aportado la mayor dosis de entusiasmo, de entrega; aprendió a tocar la guitarra y hacía coros sin saber cantar. Era el que tenía más amigos y el que recordaba todas las caras y fechas. Los Apson eran su tema favorito y en verdad lo disfrutaba. A principios de los ochentas se le detectó un cáncer y con las mismas ganas luchó contra él, apeló a todos los recursos médicos a su alcance, mientras aquello iba matándolo lentamente. Por último recurrió a una curandera de La Despensa, Sinaloa, cercana a Los Mochis. Pasó tres días allí, hasta que Francisco lo encontró y convenció de internarse en un hospital; casi se lo llevó en brazos. Arturo murió con la cabeza apoyada en el hombro de su hermano mientras hacían el trayecto en automóvil a Los Mochis. Murió junto a Pancho, con quien había formado el grupo de música más famoso en los últimos treinta años del noroeste de México. Era un 10 de junio de 1984. Tres años después, en Hermosillo, iniciaba presentaciones un grupo formado por profesionistas y músicos aficionados, quienes preferentemente interpretaban las canciones de Los Apson, porque se consideraban admiradores de su música. Algunos de ellos ex-integrantes de la Estudiantina de la Universidad de Sonora. El grupo acordó llamarse Los Herson Rucks (Los Rucos de Hermosillo Sonora), también en honor al conjunto de los de Agua Prieta e iniciaron sus actuaciones en algunos locales gastronómicos de la capital del estado, captando inmediatamente la atención de cientos de fanáticos de Los Apson. Sus integrantes originales fueron Ramiro Ruiz Molina (requinto), Humberto Ruiz Molina (vocalista), Julián Francisco Cajigas (teclados), Javier Carreño (bajo), Círnar Rodríguez (batería), Luis Alonso Zavala (acompañamiento) y Eduardo Castañeda (vocalista). Después se les unió José Gálvez, saxofón. Las presentaciones fueron en aumento y al año siguiente lo hicieron en Agua Prieta, circunstancia que aprovecharon para entregar un reconocimiento a José Luis García, Francisco Durazo y Gilberto Maldonado, músicos todavía vigentes y quienes acompañaron a los hermosillenses en su actuación. Ello dio la pauta para una serie de presentaciones en todo el estado, iniciaron en Hermosillo el primero de junio de 1989, lograron reunir a más de tres mil aficionados a la música de Los Apson, en el Casino de la capital. Actualmente los de Agua Prieta están preparando una gira por algunas ciudades de los Estados Unidos y nuevas grabaciones. Ahora Los Apson son: Gilberto Maldonado, sax; José Luis García (sax), Francisco Durazo (batería), Tony Ripalda (bajo) Enrique Castillo (acompañmiento), Oscar Rodríguez (requinto) y Humberto Ruiz Molina (vocalista). Anteriormente estuvieron también Ramiro Ruiz, Lauro Velez y Leonardo Arvizu. Adolfo Plascencia sigue con ellos. No son los originales, los que salieron de Agua Prieta rumbo a México en el carro de Pancho Durazo, a principios del sesenta y dos; pero el sonido sí, el sonido permanece. Todavía es el sax arrastradito y rasposo de Gil acompañado ahora por el del Lichi. Todavía son los redobles vigorosos del mismo baterista: el sonido Apson, el rock frontera que junto con franky, Raúl, Arturo y Polo, dieron a conocer internacionalmente. Desde Agua Prieta, todavía corren rumores…

RECONOCE GOBIERNO MUNICIPAL A “LOS APSON”

La gran trayectoria de Los Apson fue reconocida ayer con un gran homenaje que incluyó nuevas versiones de sus éxitos interpretadas por el talento local y el anuncio de que el alcalde Vicente Terán propondrá ante Cabildo que una de las principales calles de la ciudad lleve el nombre del famosísimo grupo.

La Presidenta de DIF Municipal, Irma Villalobos de Terán fue quien reveló en su intervención que en la próxima sesión de Cabildo se propondrá que una calle se llame “Los Apson”.

Es en vida cuando debemos reconocer a las grandes personas que han dado reconocimiento en todos los niveles a nuestro Municipio y es por eso que mi esposo Vicente Terán me pidió que anunciara que una calle de Agua Prieta se llamará “Los Apson”, adelantó.

El anuncio provocó los aplausos del público ante los integrantes del grupo Los Apson presentes Francisco Durazo, José Luis García y el hijo de Franky Gámez, Enrique Gámez, quienes no cabían de gusto por la nooticia.

Los reconocimientos fueron para Francisco Durazo Barraza y José Luis García Yánez por seguir manteniendo viva la música de “Los Apson”; a Arturo Durazo Barraza por haber hecho llegar a la cima del éxito a “Los Apson”.

También a Tránsito Gámez García por haber sido el alma de “Los Apson” con su voz y requinto y a Adolfo Plasencia Plasencia por haber apoyado en todo momento a “Los Apson” en su trayectoria.

En el marco del Homenaje a Los Apson se presentó el libro Tres Orgullos, Tres Leyendas, escrito por el ingeniero Francisco Carrillo Gómez, texto que fue comentado por el Cronista de Agua Prieta, Juan Valente Rivera Aguirre.

Posteriormente Francisco Carillo Gámez entregó un reconocimiento al Director de Fomento Cívico y Cultural de Agua Prieta (FOCCAP), Reynaldo Gracia Duarte  por todo su apoyo para la publicación del libro y para la promoción de eventos culturales.

http://www.aguaprieta.gob.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=480:reconoce-gobierno-municipal-a-los-apson&catid=48:comunicados&Itemid=71

VIDEOS

LOS APSON

Fue en un café

Popeye

Fue en un Café

Fuiste a Acapulco

Dulce nena

Anoche me enamoré

Susie

El barba azul

No hay amor

Triste luna

Por eso …

Cuando era un jovencito

http://www.youtube.com/watch?v=pVbZKTBVXtg

No señor apache

Del programa Orfeón a go go

https://www.facebook.com/photo.php?v=657027687724018&set=vb.637883029638484&type=2&theater

ALGO DE LOS JETS Y OTRAS AGRUPACIONES MUSICALES NOGALENSES DE LOS AÑOS 60


Roberto Octavio “Quito” Monteón

Tercera Parte

SURGEN MÁS CONJUNTOS ROCKANROLEROS: LOS HOPKINGS

Regresando en el tiempo, estamos de nuevo en 1961: Una vez que nuestro grupo comenzó a tomar forma siendo ya una realidad, parece que servimos como catalizador. Nuestras presentaciones de radio se extendieron a la X.E.H.F. en el programa sabatino de Luis Alberto Zazueta, “Expreso Juvenil”. En cierta ocasión escuchando ese programa, Luis Alberto anunció que presentaría a un “pianista solitario e incógnito”. Cuando le tocó actuar al anunciado personaje, ¡VAYA QUE ME ENTUSIASMÓ ESCUCHARLO!… ¡se aventó tocando –“What Did I Say” de Ray Charles ¡ese pianista SÍ tenía sabor rockanrolero!…., ¿Quién será? nos preguntábamos… pronto tuvimos la respuesta. Se trataba ni más ni menos que de MI COMPAÑERITO DE ESCUELA (y años más tarde futuro JET): ROBERTO CASTELLANOS.

Platicando con él supe que estaba armando a otro conjunto rockanrolero: teniéndolo a él en el bajo y cantando. Alfonso “El Ánima” Trujillo (en la batería); Jorge Sandoval (en el requinto) y Rudy Shields (guitarra de armonía) -los dos últimos eran de Nogales Arizona-, estaban consolidando un grupo al que nombraron “THE HOPKINGS”. ¡Muy buenos ejecutantes todos!, con vestimenta correcta e instrumentos de mejor calidad que los nuestros. El grupo se consolidó rápidamente, eran tenaces en el estudio. De pronto, “El Ánima” Trujillo deja al grupo pues su hermano Juan Manuel lo requiere como baterista para su orquesta LOS CADETES, también de formación relativamente reciente. Por cierto, aprovecho para mencionar que la mentalidad de Juan Manuel, era tener una orquesta, SI, pero que tuviese un enfoque un poco distinto a la orquesta tradicional. Ello lo logró poco tiempo después. Pero esa es otra historia.

Regresando a LOS HOPKINGS: para mantener el esfuerzo realizado en haber armado este buen grupo, el sitio de Alfonso es ocupado por un primo de Castellanos, el entonces niño Guillermo Agustín “Memo” Castañeda. Quien armado de buena bataca y siendo muy dedicado al estudio y práctica de los tambores, causó grata impresión en el público debido a dos factores: su corta edad que apenas rozaría los 10 años y que en realidad le pegaba bonito a la batería.

Sandoval y Shields siendo estudiantes de la High School al terminar tal etapa estudiantil, ambos se prepararon para continuar el desarrollo de sus vidas, ya fuese para ingresar a estudios superiores o enrolarse en el ejército. Por ello y otros factores, la vida de este –insisto- BUEN GRUPO no tuvo larga duración.

De hecho LO MISMO OCURRIÓ CON MUCHOS CONJUNTOS NOGALENSES, pues la mayoría estaba conformada por chamacos estudiantes quienes al llegar a determinada etapa, tenían que decidir si tomaban a la música como un oficio, o simplemente como una distracción pasajera. O en el mejor de los casos, como ocurrió en la década de los 70, ya habiendo dejado d ser chamaco, establecerse en un trabajo “formal” y dedicarse a la música como un hobby que dejaba satisfacciones sociales y algo de dinero.

MÁS GRUPOS: LOS BLACK KINGS

Recuerdo perfectamente la escena: Estamos Los Jets a punto de iniciar un programa de radio. Afuera del estudio, a través del vidrio se miran unos jóvenes atentos a cualesquier cosa que hacíamos. Un se me hace familiar por haberlo visto desde uno o dos años atrás, en equipos rivales de basketbol o beisbol a los que yo pertenecía. Se trataba de Carlos “El Chale” Félix, quien junto al resto de visitantes, estaban conformando otro grupo, mismo que pronto conoceríamos como “LOS BLACK KINGS”, ellos provenían de la famosa “Cañada Buenos Aires”.

El grupo estuvo constituido por Carlos “Chale” Félix director y requinto; Los hermanos Refugio “Cuco” y Miguel Bautista (guitarra armonía y bajo respectivamente) y Josué Pérez (cantante), les faltaba baterista y lo consiguieron invitando al entonces jovenzuelo de unos 12-13 años Jesús Salvador “Chancolín” Guevara, que para entonces militaba con un grupo de de muchachitos adolescentes, la mayoría del barrio de “la Sonora y Cabrera”. “El Chancolín” pronto desarrollo magnífica forma de tocar la batería por poseer talento natural y gusto para ejecutar. Es muy habilidoso al momento de ejecutar ritmos sincopados. En líneas anteriores mencioné que “Chancolín” fue quien me substituyó en el puesto de baterista de Los Jets, ya en la última etapa, y a él le correspondió grabar las cuatro últimas canciones del segundo L.P. que hicimos.

A los anteriores nombrados, pronto se les añadió Rodolfo “Fito” Bustamante en el sax, y posteriormente lo hizo otro hermano de los Bautista (Toño), ejecutando algunos instrumentos, según se requiriese, como teclado, guitarra o batería.

Carlos Félix desarrolló magnífica técnica y precisión como guitarrista, en un 1965 fue invitado por otro grupo nogalense (Los Sharks) para que se uniera a ellos, cosa que hizo por breve gira hacia Guadalajara, posteriormente formó parte del elenco que grabó el penúltimo disco con LOS APSON, justo cuando el Frankie había dejado de pertenecer a ellos. Pero esa es otra historia.

Cabe decir qué, precisamente LOS APSON antes de iniciar su carrera discográfica, y aún no conocían a Polo Labastida, ya le habían puesto el ojo encima a Josué para que se uniera a ellos como cantante, debido a la limitación que Frankie tenía para acompañar, requintear y cantar a la vez.., además, como cosa curiosa, y SIN COPIARSE, la tesitura y color de voz de ambos es sorprendentemente parecida. Por ese motivo, en mi punto muy particular de vista, algo que no me agradó de LOS BLACK KINGS, que muy tempranamente abandonaran la búsqueda de su propio repertorio y en momento dado se enfocasen a basarlo en muchas de las canciones de LOS APSON. Y eso lo hicieron tempranamente, con resultados sorprendentes, ya que en los corrillos populares se decía que a les salían mejor las rolas a LOS BLACK KINGS que a los propios APSON.

ÉPOCA DORADA DE NOGALES

Pedro Gabriel González Avilés

El día de hoy cedo mi espacio a un interesante artículo elaborado por Mauro Martín, Director y fundador de Los Sharks y del excelente conjunto musical “Frankie y Los Matadores”, que después de Los Apson marcaron una época de oro de la música en Sonora y en México.

NACIMIENTO DE “FRANKIE Y LOS MATADORES”

En el año de 1966 llegó Frankie Gámez a Nogales, Sonora, a efectuar una presentación como solista en el famoso “Starlight” del Hotel “Alhambra” de Don Pedro González. Frankie acababa de salirse del grupo “Los Apson”, llegamos a saludarlo y lo encontramos ensayando con el grupo que lo iba a acompañar, pero no le gustó como estaban escuchándose las canciones y nos pidió que lo acompañáramos musicalmente nosotros, aceptamos, tocamos esa noche acompañándolo y la combinación “Frankie Gamez” y “Los Sharks” resulto explosiva, todos salieron contentos.

Frankie nos invito entonces a irnos de gira al Distrito Federal haciendo empresa por todo el pacífico mexicano, nos fue muy bien y al llegar al D.F. fuimos a Peerless y nos contrataron inmediatamente después de un demo que hicimos, nos cambiamos el nombre a “Frankie y Los Matadores” porque aun teníamos un contrato de grabación vigente con discos “Musart”, donde por cierto nos tenían “congelados”.

“Frankie y Los Matadores”, una Historia Musical.

a).-En Peerless tuvimos una discografía muy prolífica que se ha vendido a través de los años por millones de copias con muchas re-ediciones de los discos originales que siguen vendiéndose como colecciones y escuchándose en lugares como Inglaterra, España, China, Rusia, Tailandia, Centro y Sud América, Estados Unidos, Japón, etc.

b).-Éxitos Discográficos.-“Conozco a los Dos”, “Arrivederci María”, “Quinceañera”, “Mi Piedras Negras”, “El Cable”, “Frontera”, “Me Estás Cotorreando”, “Especialista en Chamacas”, “Se lo Prohibió el Doctor”, “Frijolitos Pintos”, “Lo Mucho que te quiero”, “El Tiempo”, “Luna Llena”, “Que se Hunda el Barco”, “Ayúdame a Vivir”, “La Jarrita”, “Porque le Pega su Mujer”, “Amores de Primavera”, “Kilómetro Cero”, “Imploración”, “Piel Canela”, “Lo Siento por ti”, “Una Chica como tú”, “Puerto Montt”, “El Pocu”, “Ay mi Vida”, “Que Linda es Lupe”, “Me Dejo el Camión”, etcétera.

c).-Pistas grabadas para:

Marco Antonio Vázquez, Queta Garay, Isela Vega, Rudy Cáceres, Abril, Rosario de Alba, Enrique Linares, Polo, etc.

GIRAS ARTÍSTICAS.-

Fuimos uno de los primeros conjuntos de rock mexicano en hacer giras en el extranjero, abriendo plazas para los que venían detrás. En Estados Unidos tuvimos presentaciones triunfales en “El Aragon Ballroom” de Chicago, Illinois, el “Hollywood Palladium” de Hollywood, Cal., el “Centro Social Obrero” de San Francisco, Cal., en el prestigiado “Hotel Alexandria” de Los Ángeles, Cal., en el “Hemisfair” de San Antonio, Texas, en el teatro “Million Dollar” de Los Angeles, Cal., en el “Calderon Ballroom” de Phoenix, Arizona, en Oxnard, Fresno, Watsonville, San Pedro, Corpus Christi, Sacramento, etc.

En México viajamos por toda la república con la “Caravana Corona Extra” y en los teatros “Lírico” y “Blanquita”.

En todos lados llevamos como estandarte el nombre de Nogales, Sonora y nuestras canciones aun se escuchan en todo el mundo, a pesar de que ya han pasado casi 40 años.

Nota de Pedro Gabriel González Avilés.- Creo que la razón por la que se puso el grupo musical el nombre de Frankie y Los Matadores es que los ensayos que realizaron como Los Sharks y Frankie Gámez en el Hotel Alhambra de mi señor padre fueron en un salón que se llamaba “El Matador”. El grupo estaba conformado por:

“Frankie” Gámez, (Cantante). Mauro Martín Triana (Trompeta y Sax menor), José Luis Martín Triana “lobito” (Saxofón alto), Carlos Ochoa (Bajo), Rafael Armenta (Requinto), Luis Manuel López (Armonía), Alfredo Tovar (Sax alto y Barítono), Alejandro López (Batería).

Grabaron aproximadamente 14 Lps desde su aparición en 1967 hasta su desintegración en 1973. Ente sus éxitos más sonados están:Conozco a los dos, Arrivederchi María, Se lo prohibió el Doctor,Me estás cotorreando, Quinceañera, Kilómetro cero, Ay mi vida. Etc.

El grupo alcanzó gran popularidad sobre todo en el norte del país y en Estados Unidos, donde realizaron giras por varias importantes ciudades con gran éxito.

°°°

Jerry escribió:

“CUARTA PARTE DEL LIBRO “CORREN RUMORES” SOBRE LA VIDA Y TRAYECTORIA DE LOS APSON.

Finalmente llegaron a México, la ciudad los impactó con sus grandes edificios, sus extensas colonias, las multitudes por las calles y la gran cantidad de vehículos que por ellas transitaban….. Ninguno había estado antes en la gran ciudad y del asombro pasaron al temor, el silencio se hizo patente; por fortuna ya los estaban esperando en la terminal de autobuses, y Martha, acompañada de varios amigos les ayudaron a bajar el equipaje y los instrumentos, que cuidaban como a su vida pues eran nuevos y las únicas herramientas de trabajo con que contaban y no se podían dar el lujo de perderlos…. Todavía no se recuperaban del impacto que les había provocado la capital y entre los saludos y presentaciones se colaba aún el miedo a lo desconocido…. Entre los nuevos amigos se encontraba uno de nombre Adolfo Plascencia, quien se indentificó inmediatamente con los de Agua Prieta y los invitó a quedarse en su casa en la colonia Doctores…. A partir de ahí, el Mandy, como Arturo bautizó a Adolfo, se hizo cargo de ellos; les consiguió alojamiento y comida…. Por las tardes, sacaban los instrumentos para ensayar y poco a poco despertaron la atención de los jóvenes del sector; todavía tocaban canciones de sus inicios: “Río Rojo”, “Mi novia josefina” de Franky, “Upudú”, Polo ensayaba “Sólo un Sueño” y también “Anoche me enamoré”, que es letra de Pancho. Además, el Franky hacía de las suyas con el requinto y voz, lograba que la casa del Mandy se abarrotara de amigos de la colonia…. A los días, Plascencia empezó a cobrar la entrada a los ensayos con el fin de reunir dinero para el grupo, pues no tenían ni un cinco…. Después, les consiguió tocadas en fiestas y quinceañeras, lo que les permitió hacerse de unos ahorros para comprar ropa y zapatos que tanta falta les hacían…. En una casa de la calle Doctor Olvera, Los Apson amenizaron su primera fiesta y formalmente se escuchó el clásico sonido que por siempre los iba a caracterizar…. Desde entonces el Mandy se unió al grupo en calidad de representante y con el tiempo establecíó su residencia en Agua Prieta…. Desde que la encontraron en Mazatlán, Marha Guerrero lo había prometido presentarlos con un pariente que trabajaba en el ambiente del radio y de la televisión, y quien podia relacionarlos con una casa grabadora…. También el Mandy, y en su papel de representante hacía su lucha, por conseguir una audición…. Los Apson querían trabajar para Orfeón, pero finalmente fue la compañía Peerles quien se interesó para grabarlos y ofrecerles un contrato, después de que el gerente de la misma se pasó horas y horas escuchando el sonido fronter del conjunto, acompañado del baterista de los Teen Tops, quien entusiasmado insistía en que los firmaran….. A pesar de que ya tenían suficientes canciones para grabar la compañía les pidió que el primer disco de larga duración fuera totalmente instrumental, con lo que Polo se quedaba sin intervenir. Tampoco el Lichi García grabó, aunque sí aparece en la portada de “Llegaron Los Apson”, nombre de su primer disco, y que contiene, entre otras, “El hombre Frío”, “Corazón de Roca” y el “Paso del Elefantito”…. Polo no participó porque no era músico, es decir, no sabía tocar instrumento alguno y si en algunas fotos promocionales sale pulsando una guitarra, era, nada más de adorno. Su trabajo, que por cierto hacía muy bien, era cantar…. El disco fue presentado en 1963, y a pesar de todo, de desencanto del grupo, gustó y las invitaciones para tocar en fiestas se multiplicaron….. La primera que amenizaron fuera de Distrito Federal, fue en Taxco, Guerrero, con gran éxito, a pesar de que empezaban a ser populares todavía no eran bien pagados y básicamente dependían de grabar pistas; también de presentaciones en programas televisivos, por los que cobraban cien pesos….. Su primera gira en forma, bajo contrato la realizaron por Zacatecas y luego Guanajuato. Al notar la aceptación del público, la Peerles lanzó el segundo L.P. titulado “Bailando y Cantando”, donde incluían la canción que les abrió el paso a la fama y que en inglés se llamara “The Hitch – Hicker”. El letrista José G. Cruz le puso simplemente “Popeye”, y Franky hizo el resto, pues incluso la voz grave que aparece en el coro es suya…. A raíz de la aparición del disco fue solicitada su presencia en los programas Estrellas Palmolive y Tiempos y Contrastes, ambos producidos en Televicentro, y donde actuaron junto a Kippy Casado, Queta Caray y Los Mimos…. En esos tiempos la producción de rock and roll en español era muy pobre y la mayoría de los grupos mexicanos dependían de los covers y traducciones…. En norteamérica surgían grupos a montones que acaso colocaban uno a dos tres éxitos para luego desaparecer…. Muchas de sus canciones fueron adaptadas por los grupos de moda en nuestro país para hacerse de mercado, no podía ser menos Los Apson, que se pasaban horas y horas escuchando canciones en inglés junto con los traductores y letristas de la Peerles, Jorge Renner y José C. Cruz, buscando la indicada para incluirla en su repertorio. Renner realizó un trabajo interesante y fructífero para el grupo, pues fue su principal apoyo en materia de producción de canciones…. “Bailando y Cantando” también contenía otras canciones que pronto fueron éxitos radiofónicos y se colocaron en los primeros lugares de las listas de popularidad, “el Upudú” de Franky, la interpretación de Just a Dream, que hacía Polo, mejorando con mucho la original de Jimmy Cianton; con el mismo Leopoldo, “A veces lloro”, que es un ritmo lento que permite el lucimiento de Gilberto con el sax, al que saca un sonido grave y triste que se acopla muy bien a la voz del sinaloense: …”A veces lloro estando solo a veces lloro y es por tí…” Franky canta la mencionada “Popeye” y “Bailando el Mash”, y dejó Las Quinceañeras para el chaparrito Polo…. Desde que se lanzó su primer disco y llegó a Sonora, a través de las radiodifusoras y tiendas de música, Los Apson adquirieron categoría de ídolos que aún conservan, pues eran los primeros en lograr acomodarse en los primeros sitios a nivel nacional…. Otros grupos habían llegado a México y hasta grabado discos sencillos, pero nada más…. Los jets de Nogales, con su cantante negro Leslie Roya y los Lukens de Hermosillo, entre otros…. Empezaba la vida de artistas para los jóvenes que habían trabajado tanto para lograrlo; hacían programas de televisión, tenían más grabaciones en puerta, los invitaban a fiestas, se codeaban con los ídolos del momento, quienes todavía los miraban recelosos, volvieron unos días a Agua Prieta en calidad de triunfadores, pudieron comprar ropa y botines nuevos en Los Angeles, visitaron al Flavio, el cantinero eterno de La Internacional, de su fronteriza ciudad, se juntaron con los amigos de siempre. Nada más una probadita, un volver al terruño a revitalizarse, a llenarse de frontera y de música nueva del otro lado…. Pronto formarían parte de La Caravana Corona… MAÑANA CONTINUAMOS CON EL QUINTO CAPITULO DEL LIBRO “CORREN RUMORES” DE LOS APSON EN LA AUTORIA DE MARCO ANTONIO SALAZAR…. Y SE TE PERDISTE LOS CAPITULOS ANTERIORES; TE INVITAMOS A VERLOS EN LOS SIGUIENTE LINK….

PRIMER CAPITULO https://www.facebook.com/photo.php?fbid=234281340656073&set=a.111772532906955.1073741828.100022226265209&type=3&theater

SEGUNDO CAPITULO https://www.facebook.com/jerry.beltran.31/posts/234589817291892

TERCER CAPITULO https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=434836427267229&id=100022226265209

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